Escenas para la posteridad

Este 2023 se ha cumplido un siglo desde que Joaquín Sorolla y Bastida dejase de iluminar con brillantez la cotidianeidad, pero su recuerdo no ha dejado de estar presente ni un solo momento. El artista valenciano supo atrapar en sus lienzos instantes vitales de personas de diversa condición social. Algunos de sus encargos le llevaron al mundo rural donde inmortalizó las labores habituales de los viticultores o escenas relacionadas con el universo vinícola. Os proponemos viajar a algunas de nuestras Rutas del Vino de España a través de esas obras. 

 

El pintor de la luz, un artista universal admirado dentro y fuera de nuestras fronteras, un viajero incansable… de Joaquín Sorolla y Bastida se han dicho muchas cosas, casi todas ciertas, porque por donde quiera que pasaba dejaba huella. De su triste infancia, huérfano desde los dos años, supo resarcirse pronto ya que a los quince años tuvo claro cuál sería su senda. Inició sus estudios artísticos en Valencia, se formó en Roma, se empapó de las nuevas tendencias en París, expuso en Nueva York, vivió en Madrid…

Este primer centenario de la muerte de Joaquín Sorolla no sólo ha servido para recordar su vida y su prolífica obra sino también para detenernos a observar cómo este artista (Valencia, 1863-Cercedilla, 1923) nos dejó un valioso testimonio etnográfico de su tiempo. Las escenas de sus obras, muchas de ellas costumbristas, y sus retratos nos invitan a recordar la historia de España y cómo se desarrollaba la vida en el medio rural, en la costa o en los palacios. Muchos de los lugares que recorrió hoy forman parte de los territorios de las Rutas del Vino de España.

 

Ruta del Vino y Brandy Marco de Jerez

Joaquín Sorolla llegó a Jerez el 7 de octubre de 1914. Invitado por Pedro Nolasco González Soto, bodeguero e hijo del fundador de las Bodegas González Byass, se alojó en la bonita mansión El Cuco. El artista acudió a tierras jerezanas con la misión de pintar un lienzo que formase parte de la serie encargada por el hispanista Archer Milton Huntington para la biblioteca de la Hispanic Society of America, situada en Nueva York. No llegó a entregar el pedido pero sí se conservan diez de sus bocetos en los que se aprecian viñedos y grupos de mujeres que vendimiaban en la finca ataviadas con pañuelos y sombreros de paja. Son óleos de unos noventa centímetros en los que los que destacan los tonos verdes avivados por la luz gaditana. Actualmente se pueden admirar en el Museo Sorolla de Madrid.

Ha pasado más de un siglo de aquellas pinturas y aunque en muchos aspectos ha cambiado, la vendimia, claro, sigue realizándose año tras año en los viñedos de la Ruta del Vino y el Brandy Marco de Jerez, ofertada también como atractivo turístico. Sorolla visitó Jerez, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda. Junto a estas localidades, os animamos también a recorrer los restantes municipios que forman parte de la Ruta: Chipiona, Rota, Puerto Real, Trebujena y Chiclana. Allí os esperan bonitos núcleos urbanos, monumentos, bodegas, playas y buena gastronomía.

Obra de Joaquín Sorolla Bastida.

Joaquín sorolla Bastida. Vendimiando, Jerez, 1914. Óleo sobre lienzo. Museo Sorolla, inv. 01082 

Ruta del Vino de Alicante

La pasión del artista valenciano por las escenas marinas del Mediterráneo quedó sobradamente reflejada en su obra. Su primera visita a Jávea tuvo lugar en otoño de 1896. En aquel momento era una población del norte alicantino sin más trascendencia. Sorolla tenía 33 años y había conseguido, entre otros reconocimientos internacionales, la Medalla de Oro en el Salón de París con su lienzo ‘La vuelta de la pesca’. Su objetivo en este viaje era recorrer Denia y Jávea para realizar unos estudios preparatorios del encargo recibido por el político chileno Rafael Errázuriz para decorar su mansión. El pedido no era de escenas marinas, niños en la playa o pescadores, como se podría imaginar, sino del cultivo de la vid y la producción del vino. Sorolla cumplió con el pedido y le entregó cuatro paneles: ‘La vendimia’, ‘La prensa de la vid’, ‘La parra’ y ‘Bacanal’. Los dos primeros se exhiben hoy día en el Museo de Bellas Artes de Viña del Mar y los restantes están desaparecidos.

Por aquel entonces, esta parte de Alicante vivía del cultivo de la uva moscatel y la ciudad de Jávea se había convertido en un gran centro productor y exportador de uvas pasas. Las escenas de transformación de la uva llamaron tanto la atención de Joaquín Sorolla que no dudó en volver otras veces para realizar apuntes, dibujos y lienzos en los que se pueden apreciar tareas en la preparación de las pasas como el escaldado, el secado o el encajonado. La obra más conocida de esta serie pintada en 1900 es ‘Transportando uva’ (también conocida como ‘Preparación de la pasa’), que este 2023 ha sido reproducida en la etiqueta de un vino de Les Freses, una bodega que ha recuperado el cultivo tradicional de la uva moscatel tal y como la conoció el pintor en sus viajes a la Marina Alta, y que forma parte de la Ruta del Vino de Alicante.

La Ruta del Vino de Alicante recoge una de las ofertas turísticas más interesantes de esta provincia, complementado al turismo de costa. Sus atractivos se reparten por las comarcas del Vinalopó, al sur, y la Marina Alta y Baja, al norte. A las visitas habituales de sus municipios hay que añadir otras como los riuraus, las construcciones donde se preparaban las pasas, y su variada producción de vinos que va desde los tintos, blancos y rosados hasta los dulces, espumosos o el famoso fondillón. No dejéis de degustar este vino que se elabora con uva Monastrell sobre madurada en la cepa. Como curiosidad os podemos contar que Sorolla no era un gran entendido en vinos pero que sí le gustaban para acompañar comidas y celebraciones. Él simplemente decía que era un “vino rico” cuando le complacía. Quizás no hace falta más.

Obra de Joaquín Sorolla Bastida.

Joaquín Sorolla Bastida. Pisando la uva, Jávea, 1900. Óleo sobre lienzo. Museo Sorolla, inv. 00478

Ruta del Vino del Bierzo

La provincia leonesa también captó poderosamente la atención de este pintor, adonde viajó en diversas ocasiones entre 1902 y 1913. Allí encontró diferentes escenas costumbristas que reflejaban las tradiciones e indumentarias regionales. Una de las obras que mejor muestra esa idiosincrasia del pueblo es ‘Aldeanos leoneses’, un óleo de gran tamaño (más de dos metros y medio de alto), pintado en 1907. Se encontraba en plena madurez artística y eligió a un grupo de mujeres con pañoletas, hombres ataviados con trajes de arrieros y un burro enjaezado con sus mejores galas. Una de las mujeres corta pan mientras un aldeano sostiene una jarra de vino. Esta pieza formó parte de las obras llevadas a las Grafton Galleries de Londres, donde la vio el fundador de la Hispanic Society of America. El magnate invitó a Sorolla a exponer en Nueva York, y el mismo día de la inauguración de la muestra adquirió esta obra. También le encargó los 14 paneles que formarán la serie ‘Visión de España’ que decora actualmente la institución.

Aunque hoy día sólo se pueden observar escenas de este tipo en determinadas fiestas, las tradiciones siguen muy presentes en León, tierra de paso de peregrinos y, también, por supuesto, de buenos vinos. Nosotros queremos imaginar que la jarra de vino de los aldeanos del lienzo, o incluso ellos mismos, procedían del Bierzo, una de las comarcas más singulares del noroeste peninsular y por donde hoy discurre la Ruta del Vino de El Bierzo. La zona puede alardear de su variedad de propuestas, de la belleza natural de espacios como Las Médulas, de ciudades como Ponferrada, de sabrosa gastronomía y de vinos con denominación de origen, donde la mencía y la godello le dan parte de su identidad.

Obra de Joaquín Sorolla Bastida,

Joaquín Sorolla Bastida. Aldeanos leoneses, 1907

Ruta del Txakoli

Entre 1912 y 1919, Joaquín Sorolla trabajó incansablemente para cumplir con su compromiso con la ya comentada Hispanic Society sita en Nueva York. Para realizar dicho cometido tuvo que viajar por todo el territorio nacional captando la esencia de cada lugar. También por la costa del Cantábrico, un lugar que desde 1906 le había ganado el corazón y donde pasaba las vacaciones familiares. Aunque allí coincidió con lo más granado de la sociedad, aprovechó fundamentalmente para trabajar, sobre todo en 1910 con los preparativos de su segunda exposición en Estados Unidos. Entre las obras que pintó para esa muestra se encuentran elegantes escenas de playa como ‘Bajo el toldo, Zarautz’ pero también lienzos con imágenes costumbristas y tipos populares. Entre ellos destaca el ‘Bebedor vasco. Juan Ángel’, un lienzo que podría haber sido un apunte preparatorio del definitivo. Vestido con ropa tradicional y una txapela, un hombre (que el artista debió de conocer en alguna taberna), sujeta una jarra y en la mesa se sitúa un vaso con un líquido dorado. La obra gozó de gran éxito en la exposición de Estados Unidos de 1911 y también se exhibió en la muestra de Arte Español de Brighton de 1914.

Como comentábamos, el paisano, Juan Ángel, se aferra a la jarra, probablemente de txakoli, quizás para olvidar esa dura vida que transmite su tensión facial y los tonos oscuros de la obra.

Obra de Joaquín Sorolla Bastida, Joaquín Sorolla Bastida. Bebedor vasco

El txakoli es el vino propio de este territorio, un vino de caserío que se elabora desde el siglo IX en la costa de Guipúzcoa, Vizcaya y parte de Álava. Si queréis descubrir más sobre el mismo os recomendamos recorrer la comarca de Aiaraldea, por donde transcurre la Ruta del Txakoli. Amparada dentro de las Rutas del Vino de España, engloba fundamentalmente los municipios de Artziniega, Aiara, Laudio, Okondo y Amurrio, y ofrece un amplio abanico de experiencias enoturísticas, desde museos y fraguas hasta rutas senderistas y, por supuesto, bodegas en las que degustar el txakoli, un vino que se elabora con la variedad hondarribi, responsable de su sabor afrutado pero ligeramente ácido y refrescante.

Recorrer las Rutas del Vino de España os permitirá descubrir los secretos ocultos en cada territorio desde perspectivas históricas, culturales y, también, como habéis visto, artísticas.

Pepa García, periodista especializada en viajes.

Lleva más de dos décadas trabajando en prensa turística, cultural y gastronómica. Amante del turismo y la buena mesa, disfruta de la vida sencilla y el contacto con la naturaleza. Siempre la encontraréis cerca del mar.

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